La gripe A (H1N1) cumple seis meses dando vueltas por el mundo

Hace seis meses el ministro de Salud de México, José Ángel Córdova Villalobos, hizo un anuncio por televisión, que entonces sonó extraño por la hora y por el contenido: "Estamos ante la presencia de un nuevo virus de la influenza".

Eran ya las 23 horas de aquel jueves 23 de abril, cuando en un mensaje en la cadena nacional Córdova Villalobos informó que, como medida preventiva, se suspendían las clases escolares el día siguiente.

"En las próximas horas continuaremos informando a la población", dijo, y desde entonces ni él y ni el resto del mundo han parado de lidiar con una nueva enfermedad, bautizada al principio como la gripe porcina y después como la influenza A (H1N1), que ha contagiado a unas 400.000 personas en el globo, con 4.735 muertes.

Horas antes del mensaje, Córdova Villalobos había recibido la confirmación de un laboratorio de Canadá de que se había detectado un virus nuevo en muestras de influenza sospechosas enviadas por México para su análisis.

El temor a la expansión de una enfermedad de letalidad desconocida paralizó a México. Se cerraron durante dos semanas escuelas, universidades, estadios de fútbol, restaurantes y cines. Hubo ventas récord de cubrebocas y geles antibacteriales. El turismo dejó de llegar.

Algunos países prohibieron las conexiones aéreas con México y pusieron a ciudadanos de ese país en cuarentena, incluso sin presentar síntomas. Las pérdidas económicas fueron enormes.

A seis meses de distancia, la gripe A (H1N1) se ha convertido en una pandemia sin fronteras, pero menos virulenta de lo que se temía.

Ya se sabe que, tratado a tiempo, el virus no es mortal, y que los pacientes de más riesgo son los obesos, las embarazadas, los asmáticos, los diabéticos y personas con enfermedades como cáncer o sida, en especial jóvenes.

Después de la primera ola, que golpeó principalmente a México, Estados Unidos y Canadá, el virus se fue al sur del continente.

Ahora, con la proximidad del invierno boreal, se espera la segunda ola de la gripe en el norte y se observa ya un incremento importante de casos en los países que primero sufrieron la pandemia.

Las farmacéuticas trabajan a marchas forzadas para satisfacer los requerimientos de vacunas. Pero no alcanzarán para todos. Países como Francia tienen dosis suficientes para toda su población, mientras que otros ni siquiera podrán vacunar al segmento de más riesgo, empezando por el personal de salud.

"Muchos países ricos han contratado con anterioridad la compra de vacunas suficientes para cubrir a todos sus habitantes", afirmó la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 24 de septiembre en un informe sobre vacunas.

"Sin embargo, la mayoría de los países de ingresos bajos y medianos carecen de los recursos económicos para competir por una participación temprana en la compra de unos suministros que son de por sí limitados", señaló.

La capacidad de producción de vacunas antipandémicas se calcula en unos 3.000 millones de dosis por año, para una población global de 6.800 millones de personas.

La buena noticia es que ya se ha determinado que una sola dosis por persona -en lugar de dos como se pensaba- será suficiente, con lo cual sobrarán vacunas en algunos países.

Estados Unidos, Australia, Brasil, Francia, Italia, Nueva Zelanda, Noruega, Reino Unido y Suiza anunciaron que donarán a la OMC vacunas para que puedan utilizarse en naciones en desarrollo.

Con el frío a tiro de piedra en el norte y sin posibilidades de inmunizar a todos, los médicos aconsejan convertir en hábito medidas básicas como lavarse las manos varias veces al día, evitar besos y saludos de mano, estornudar en un pañuelo o en el ángulo interno del brazo, limpiar superficies y acudir lo antes posible a recibir atención cuando se detecten síntomas.

Los servicios de salud podrían verse saturados cuando empiecen a llegar pacientes con problemas respiratorios.

Desde abril, México contabiliza 271 muertes sobre un total de 45.809 contagios. Muchos países han dejado de llevar la cuenta de infectados y no se sabe a ciencia cierta cuántos casos más que los contabilizados por la OMC hay en el mundo.

Pero, pasado el susto inicial, Córdova Villalobos señala que el A (H1N1) ha tenido "un comportamiento benigno". En México, antes de la nueva gripe, cada año morían unas 14.000 personas por neumonía y otras problemas respiratorios.

Sin bajar la guardia, el ministro de Salud de México pide, sin embargo, colocar las cifras en sus verdaderas dimensiones. El número de muertos por A (H1N1) registrado en México "realmente no es nada", dice. "Cada año mueren 75.000 diabéticos complicados".

fuente: elpais.cr