
En realidad, el elixir profiláctico es el tradicional vino utilizado para los servicios religiosos, pero con más graduación alcohólica, según informó el diario La Nación. Este es el vino que toman los sacerdotes de las congregaciones y no los fieles, pero aún así los clérigos de la iglesia de Karlskoga, en el centro del país nórdico, necesitan estar protegidos.
La experiencia podría repetirse en otras parroquias suecas, por ejemplo, en la de Piteaa, donde el sacerdote Stig Berggren señaló: "Todo hace pensar que vamos a decidir reintroducir los vinos fortificados durante la comunión". Por eso, se reunirá un grupo de religiosos para debatir si es hora de aplicar el refuerzo o no.
Mientras tanto, la Iglesia de Suecia, cuya máxima autoridad es el rey de ese país, todavía no se ha pronunciado sobre el tema.
fuente: minutouno.com
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