
Las autoridades sanitarias deben anunciar hoy viernes si prorrogan la cuarentena que impusieron el 29 de octubre o, como se espera, la dan por terminada, aunque mantengan reductos locales. La medida ha supuesto que durante tres semanas las escuelas y universidades han estado cerradas y no ha habido espectáculos ni mítines. Pero tras un periodo de pánico, propiciado por las declaraciones de los políticos, los ánimos se han calmado. Ayer, el Ministerio de Sanidad anunció que la epidemia de gripe y de enfermedades respiratorias estaba remitiendo en cinco de las veinte regiones afectadas.
Del 29 de octubre hasta el 17 de noviembre se confirmaron 166 casos de gripe por H1N1, de los cuales 15 han fallecido, según una portavoz de Sanidad. Con anterioridad, hubo otros dos casos confirmados. En todo el periodo de la cuarentena 344 personas fallecieron en el país a causa de dolencias agudas respiratorias y diversas modalidades de gripe (incluida la H1N1). Sumando todas las categorías, ha habido más de 1,5 millones de enfermos, de ellos casi 86.000 hospitalizados. Ucrania tiene 46 millones de habitantes.
Yulia Timoshenko, la primera ministra, dijo el miércoles que el país estaba saliendo "paso a paso de la epidemia" y lo atribuyó a los esfuerzos del Gobierno y de los médicos. Sin embargo, una portavoz de Sanidad aseguraba el mismo día: "No se puede decir que la situación se haya estabilizado aún". La portavoz remitió a las cifras que indicaban un aumento de los diagnósticos confirmados.
La gripe (en general) fue más intensa en regiones occidentales, como Lvov (89 muertos) e Ivano Franko (39). "Se hubiera podido salvar más vidas si hubiera habido mayor coordinación", señala el doctor Yuri Subbotin, director de la Asociación Médica de Ucrania (AMU). Subbotin afirma que "es difícil saber el cuadro real" y distingue entre los médicos, "bien formados y con alto nivel", y la "estancada" gestión sanitaria. Según el doctor, la población no fue informada a tiempo de la epidemia, los médicos no fueron preparados para afrontarla, la vigilancia de la circulación del virus fue insuficiente y el equipo adquirido para combatir la enfermedad no se instaló oportunamente.
Angustiada, la población se protegió por sí misma y acudió a las farmacias donde los medicamentos eran escasos y se encarecían por momentos. "Tras el pánico vino la intervención de los políticos que trataron de obtener dividendos de la epidemia y eso aumentó más las tensiones", señala Subbotin. Los médicos, dice, se dirigieron a los políticos para que "no utilizaran la situación". "En el apogeo de la epidemia, los políticos se dieron cuenta de que habían alarmado a los ciudadanos".
La OMS y la Unión Europea enviaron misiones de reconocimiento que han cumplido ya su trabajo. La OMS concluyó que "las instalaciones sanitarias ucranianas están bien preparadas y el personal médico, motivado para abordar los casos".
En Kiev hay todavía funcionarios, empleados de comercio y ciudadanos que siguen llevando máscaras, pero su número ha disminuido. En las farmacias hay antigripales y un preparado preventivo de fabricación rusa.
Antes de la cuarentena, Timoshenko alcanzó a presidir un gran mitin preelectoral que sus oponentes le han echado en cara. En Kiev los teatros y la ópera reabrieron el miércoles y ayer el Ministerio de Defensa anunció la reanudación de la leva de reemplazo, interrumpida también a causa de la epidemia.
"El pánico ha sido mayor que la realidad", afirma Valentina Tarán, médico en una clínica de Kiev. En lo que a casos de gripe, resfriados y enfermedades respiratorias se refiere, Tarán opina que la situación es muy parecida a la de años anteriores e "incluso parece mejor que la de 2008, porque este invierno comenzó siendo más cálido". "Entre las declaraciones de los políticos y la prensa, la gente se puso muy nerviosa y acudía al médico por un simple resfriado. Luego se tranquilizó", afirma.
fuente: elpais.com
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