
Los 11 menores fueron trasladados el domingo de madrugada a los hospitales de Sant Pau y del Mar, siguiendo el protocolo de la DGAIA contra la gripe. Quedaron ingresados, una medida drástica que choca con la escasa gravedad de la enfermedad, para evitar que la dolencia se siga extendiendo entre los internos del centro, que actualmente acoge a 51 inmigrantes. Duermen en El Alcor, un albergue del Poblenou, y pasan el día en el centro de El Bosc, en Vallvidrera. Viven allí mientras la DGAIA estudia si debe derivarlos a centros de acogida de menores o bien expulsarlos por considerarlos mayores de edad.
Las quejas de los internos sobre las condiciones de los centros de acogida son habituales. Denuncian que duermen hacinados en habitaciones de al menos seis personas, que disponen de pocas duchas y que la limpieza es escasa. Todo ello contrasta con la ley de protección de menores desamparados, que establece que los centros de acogida deben permitir un "trato afectivo y una vida cotidiana personalizados". El pasado junio, el Síndic de Greuges ya denunció en un informe especial sobre la protección de la infancia en situación de riesgo "la sobreocupación" que hay en muchos centros de la DGAIA.
Este organismo ya ha decidido cerrar El Alcor y El Bosc, que levantó polémica en noviembre, cuando los vecinos denunciaron que algunos chavales causaban incidentes.
El director de Atención a la Infancia, Xavier Soley, anunció la semana pasada que ya se están habilitando dos espacios sustitutorios en Barcelona, que deberán empezar a funcionar antes de que acabe el año.
fuente: elpais.com
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